La Instalación de la Niña es una propuesta atrevida y necesaria por parte de las profesionales Helga Prinz y Lizzette Velasco. Este espacio es un escape al aburrido y corriente cuarto de niñas con los tonos rosas y pasteles. Las profesionales lograron reflejar la personalidad de una niña intrépida y sin estereotipos que abraza por completo su creatividad.
Bajo el título de “Había una vez una niña”, el espacio toma formas inesperadas, sin miedo de usar el rojo, el negro y el rosa intenso. Todos los detalles de la habitación se plantean como obras de arte: la cama juega con piezas de Trupán en la pared para armar la figura de una carita, las paredes curvas hechas con mucha habilidad a base de Trupán y el mueble en forma de pino hecho con Tablero Carpintero de Palo María, son algunas de las instalaciones de arte funcional de esta habitación.
Todo este impacto visual tiene una declaración muy clara por detrás: lo tradicional aburre. Y esta habitación ha echado lo tradicional por la ventana.